Conoce la gama Eléctrica de Volkswagen.
Los vehículos eléctricos de Volkswagen han llegado para quedarse. 

El consumo real de un coche eléctrico suele oscilar entre 15 y 30 kWh cada 100 km, dependiendo del modelo, el estilo de conducción, el terreno y las condiciones climáticas. Algunos modelos más eficientes consumen incluso menos de 15 kWh/100 km en ciudad. Factores como la velocidad en autopista o el uso del climatizador pueden aumentar el consumo.

El coste de recargar un coche eléctrico depende del precio de la electricidad y del tipo de carga:

• En casa (tarifa valle): Entre 0,10 € y 0,20 € por kWh, lo que supone aproximadamente 3 € a 6 € para recorrer 100 km.
• En puntos de carga públicos: Varía entre 0,30 € y 0,60 € por kWh. Una carga rápida completa puede costar entre 15 € y 30 €, según la capacidad de la batería.

En general, recargar un coche eléctrico es más económico que repostar combustible tradicional.

Necesitas una potencia mínima de 5,5 kW para cargar un coche eléctrico de forma eficiente en casa. Sin embargo, lo ideal es tener entre 7,4 kW y 11 kW si usas un cargador tipo Wallbox para reducir los tiempos de carga.

​El consumo de un coche eléctrico suele oscilar entre 12 y 20 kWh por cada 100 kilómetros recorridos, dependiendo del modelo y las condiciones de conducción. ​

Por ejemplo, el Volkswagen ID.4 registró un consumo promedio entre 16,3 y 17,7 kWh/100 km.

En términos de costos, si consideramos un precio de la electricidad de 0,31 €/kWh, recorrer 100 km costaría aproximadamente 5,3 €.

Estos valores pueden variar según factores como el estilo de conducción, las condiciones del tráfico y el uso de sistemas auxiliares del vehículo.

Sí, puedes cargar un coche eléctrico todos los días sin problema. Lo ideal es mantener la batería entre el 20% y el 80% para alargar su vida útil. No es necesario cargarlo al 100% a diario, salvo que vayas a hacer un viaje largo.

Las baterías de los coches eléctricos están hechas principalmente de iones de litio. Suelen incluir materiales como litio, níquel, cobalto, manganeso y grafito. Estas combinaciones permiten almacenar y liberar energía de forma eficiente.