¿La subida de la luz es un freno para el coche eléctrico? Desmontamos el mito

¿La subida de la luz es un freno para el coche eléctrico? Desmontamos el mito

La constante subida de la tarifa de la luz ha dado fuerza a los críticos del coche eléctrico para continuar desprestigiando un modelo de transporte limpio que, pese a todo, es más rentable que los vehículos de combustión. Los números no mienten.

El precio de la luz está en máximos históricos en el continente europeo, España incluida. Las razones son diversas y complejas: la caída de producción de renovables, el aumento en el coste del gas, los problemas de interconexión entre países, la guerra entre Rusia y Ucrania, etc. 

Sin embargo, este escenario se ha convertido en la excusa perfecta para que muchos detractores de los vehículos eléctricos vuelvan a dudar de la conveniencia de su compra. Por eso, a continuación veremos que sigue siendo la alternativa más barata a medio y largo plazo.

Los beneficios de comprar un coche eléctrico se explican mediante el concepto de Coste Total de Propiedad, esto es, todo lo que nos cuesta ser propietario de un vehículo durante su vida útil. Existen numerosos tipos de costes, si bien se pueden identificar tres partidas principales:

  • Coste de adquisición
  • Gastos de mantenimiento
  • Consumo energético

Hoy en día, la diferencia de precio entre un coche de combustión y uno eléctrico se recupera a medio plazo gracias a unos gastos de mantenimiento mucho menores y el ahorro en impuestos. Pero es la tercera partida, el consumo energético, la que nos interesa.

El coche eléctrico compensa frente a uno de combustión

Con el precio del MWh por las nubes, muchos se preguntan si usar el coche eléctrico sigue siendo más barato que conducir un vehículo diésel o gasolina. En un estudio de la OCUAbrir link a página externa (Organización de Consumidores y Usuarios) se han hecho los cálculos y la respuesta es afirmativa: el eléctrico sigue compensando y recargarlo cuesta la mitad que echar gasolina.

Y una de las claves para ello es contar con un punto de recarga doméstico. De hecho, la ley permite su instalación en garajes privados y comunitarios. Si además se utiliza un punto de carga inteligente que permita aumentar la potencia eléctrica, programar el inicio de la carga o desconectar el coche automáticamente, mejor que mejor.

Por supuesto, si también se tiene contratada en el mercado libre una tarifa eléctrica en casa con discriminación horaria y se programa la carga del coche en la franja supervalle (generalmente entre las 1 de la noche y las 7 de la mañana), el precio será considerablemente inferior (entre 0,02 y 0,07 €/kWh).

Asimismo, otro punto fuerte de los coches eléctricos es que también hay puntos de recarga públicos completamente gratuitos, habitualmente en centros comerciales, aparcamientos públicos, etc.

Visto lo visto, está claro que comprar un coche eléctrico sigue siendo muy ventajoso incluso con la subida de los precios de la luz. Su atractivo aumentará a largo plazo a medida que los diferentes problemas del mercado energético se vayan solucionando.

Y una ventaja extra sobre el coche de combustión es que, mientras que este continuará atado al precio del petróleo, el eléctrico se recarga con cualquier fuente de energía eléctrica (renovable, nuclear, gas) y, por ende, se beneficiará de los ajustes en el mix energético del país.

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