A continuación desvelamos diez consejos que, si se ponen en práctica, contribuyen a preservar la autonomía del automóvil eléctrico, lo que permite añadir kilómetros extra entre carga y carga. Los hemos comprobado todos en los modelos eléctricos de Volkswagen, como el ID.3, el nuevo ID.4 o el e-Golf.

1. No transportar peso de más

Tiene lógica, ¿no? Esto no es algo exclusivo de los eléctricos puesto que todos los vehículos se rigen por la máxima siguiente: a mayor peso, menor eficiencia. Así, para evitar que se resten kilómetros a cada carga, se aconseja deshacerse de elementos innecesarios.

2. Elegir la ruta más eficiente

Todos los caminos llevan a Roma. Así reza el dicho, pero el trayecto más rápido no siempre es el más eficiente. Y para lograr una gran eficiencia los automóviles eléctricos montan un sistema revolucionario: el calculador de rutas.

Los navegadores lo incluyen para ofrecer los distintos recorridos posibles, entre ellos los de mayor eficiencia. De este modo, aunque muchas veces la opción más eficiente no es la más rápida, el tiempo no suele diferir mucho.

Y es que ese tiempo extra puede recuperarse reduciendo el consumo, además de necesitar menos tiempo de carga. Es aconsejable huir de autopistas o pendientes pronunciadas porque la velocidad constante y baja incrementa la autonomía de la batería.

3. Llevar un mantenimiento al día

Para alargar la autonomía de un coche eléctrico es básico tener en cuenta que uno de los aspectos fundamentales que los diferencian de los de combustión es su mantenimiento casi nulo. ¿La razón? La falta de piezas móviles en sus motores.

De esta manera, solamente hay que ocuparse de controlar ciertos factores del vehículo, como los líquidos o el filtro de aire o los neumáticos, que son vitales para la autonomía.

De hecho, controlar tanto la presión de los neumáticos (teniendo en cuenta la presión recomendada por el fabricante) como el estado de su desgaste (ya que un desgaste irregular puede indicar una mala alineación) son de gran importancia para incrementar la autonomía del vehículo.

4. Controlar la climatización

Algo en lo que se diferencian sustancialmente los automóviles eléctricos de los de combustión es el sistema de climatización. La causa principal es que los coches con motores convencionales utilizan el calor del motor para la climatización.

Sin embargo, puesto que los motores de los vehículos eléctricos no generan ese calor, en el caso de utilizar la climatización el sistema “tirará” de la batería y, por consiguiente, de la autonomía.

5. Usar el freno regenerativo

Tanto el freno regenerativo como la desaceleración son dos de las mejores armas para acumular energía en la batería, que pueden transformar el motor eléctrico como un generador, sobre todo en entornos urbanos.

Además, en ciertos modelos dicha potencia de regeneración es configurable, por lo que saber la respuesta que dará al levantar el pie del acelerador sin duda contribuirá no solo a la recuperación de energía, sino a no consumir de más.

6. Conducir tranquilamente

Este es otro apartado que contribuye a aumentar la autonomía de un coche eléctrico. Y es que, controlar bien el acelerador, al igual que ocurre con los vehículos de combustión, reduce significativamente el consumo. Por ende, se recomienda evitar acelerones, especialmente en ciudades en las que tanto las paradas como los arranques son constantes.

7. Cuidar la batería

Como sucede con otros dispositivos eléctricos como los teléfonos móviles o los ordenadores portátiles, las baterías de los coches eléctricos pierden capacidad con el paso del tiempo. Ahora bien, dicho deterioro depende del modo de conducir.

Y es que si un automóvil eléctrico pasa mucho tiempo con la carga completa o cerca del 100%, peor será para su vida útil. Así, los sistemas de programación de la recarga son idóneos para conservar un estado de carga promedio bajo si el automóvil no se usa.

8. Tener en cuenta el modo de conducción

Los coches eléctricos cuentan con varios modos de conducción que ofrecen diversas configuraciones que ayudan a reducir el consumo de los sistemas internos. De este modo, es vital usar un modo de conducción ECO para disminuir la potencia del motor en zonas urbanas donde las exigencias son menores, además de reducir el caudal del aire de la climatización o eliminarlo.

9. Calcular la autonomía

Obviamente, todos los modelos de coches eléctricos ofrecen prestaciones y consumos diferentes, por lo que es básico saber de primera mano el comportamiento y la reacción ante la forma de conducir. Así, es esencial monitorizar los consumos con el análisis de datos del ordenador de a bordo.

Y es que los vehículos eléctricos disponen de un software que calcula la autonomía restante en función del consumo y los datos históricos. No obstante, debe saberse los datos que se utilizan para ello, pues si se han recorrido bastantes kilómetros por autopista la calculadora tiene en cuenta un consumo elevado muy diferente a uno en entornos urbanos.

10. No obsesionarse por la autonomía

Aparte de conocer el vehículo, saber cómo responde o entender cómo funcionan las estimaciones de autonomía de la calculadora, se debe ser realista con el kilometraje a realizar. Se aconseja no obsesionarse con la autonomía, puesto que es un problema que causa ansiedad (algo que se conoce en inglés como range anxiety).

Visto lo visto, si se siguen los consejos anteriores es fácilmente posible aumentar la autonomía de un coche eléctrico, si bien muchos otros factores también influyen en este apartado.